Es que si así fuera te la llevarías a casa sin pensarlo; no te haría falta; quedarías enamorado, prendado, fascinado, seducido y abducido al momento.Que no, que no exageramos. Galia es un derroche de dulzura y un despilfarro de ternura. Nosotros creemos que ella se cree perro o algo parecido porque a saber: lo que más le gusta en el mundo es ponerse patas arribas y que le rasques la barriga, y así puede pasarse las horas.
Lo de bufar tampoco se le da demasiado bien, es una mezcla entre “pfztttt” y “bfighhh” y muy bajiiiiiiiiiito.
Es pegajosa, cariñosa, es de las de “¡aimmmmmmmmm que te estrujo!” Y ella responde: “rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr”
Es muy chiquitina tanto en edad (Agosto del 2010) como de tamaño. Es una especie de siamesa pero mucho más guapa porque tiene distribuidos los colores del pelaje de una forma muy original.
Nuestra gatubela Galia tiene la mirada más azul que hayas visto en mucho tiempo, de hecho, si te fijas bien, puedes encontrar las olas del mar en sus ojos.
Te podemos seguir contando más maravillas de Galia pero mejor en privado, porque es que el resto de gatos y gatas pueden ponerse celosos.
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