Pues no os imagináis cuánto nos costó separarnos de la cría... Era un encanto, y muy inteligente!! Aprendió enseguida a hacer pipi en el pañal para cachorros y, en vez de comerse la comida para cachorros, quería comerse la de la mamá!! jajaja...
La llamábamos "La Bestia Parda" porque cogía carrerilla y arremetía con lo que fuera: la cortina, los zapatos, la cola de la madre... Y siempre decíamos: "ya está aquí la Bestia Parda". Se le echa mucho de menos, pero bueno, sé que está en buenas manos.