En Madrid esta noche pasada también hubo tormenta, hacia las 3 de la mañana. Y Chico, cuando empezaron los truenos, se vino muy sigiloso a mi cuarto (normalmente le gusta dormir en la sala) y se quedó allí sentado, con la cabeza apoyada en mi cama. Es su manera de decir: "No, si yo miedo no tengo, pero creo que es mejor que me quede aquí cerquita por si acaso".
No lo puedo evitar: en esos casos me da una ternura

Me lo comería, es como un chiquitín otra vez.