He ido a un chiringuito en Santa Pola a comprar una cervecilla y se hablaba entre los lugareños de que los dueños de perros son todos unos marranos. Así, tal cual. Que se pasean por la playa y que van a las 7 de la mañana con los perros por la arena y ¡que hasta los meten en el agua!
O sea, que los pipís humanos, las cacas humanas, las ..no sigo...no dan asco, pero los pelos de un perro sí.
Por circunstancias (otra vez) me he tenido que callar, pero me he ido con un cabreo dd tres pares.
Ya me he desahogado. Ni un taco, y lo merecía. En realidad, me han llamado marrano dos veces.
