Normalmente la rutina entre semana, desde que llegó Boxer a casa, es que los habitantes de casa de mi hermana se van por la mañana tempranito (antes de las 7), y Boxer se queda en casa con Bruna (dentro de casa, primero por miedo a que le pasara algo en el jardín, y ahora que es más grande porque a esa hora hace mucho frío). Por supuesto, antes de quedarse solo sale a hacer pis y caca. Luego, hacia las 12 o así, yo paso a buscarle y me lo traigo a mi casa, para que juegue con Chico hasta mediodía, que le devuelvo a su casa.
Hasta hace un mes todo iba bien, ya controlaba los pises y las cacas y, cuando pasaba a buscarle, a lo mejor había roto alguna caja de cartón o algo así, pero nada más.
La cosa es que, por diversos motivos, Dani ha estado casi un mes sin ir al cole, con lo que el perro ha estado con él en casa hasta que yo pasaba a buscarle. Dani empezó a ir al cole otra vez la semana pasada y, desde entonces, cuando paso a buscar a Boxer me encuentro con que se ha meado y cagado varias veces en casa: hoy había dos cacas y por lo menos cuatro pises.
No puede ser que se lo haga porque no aguanta, porque el pis y la caca ya los aguanta perfectamente, nunca se los hace ya en casa. Y además porque desde las 7 hasta las 12 no es tiempo suficiente como para que no aguante. Y desde luego no como para que se haga cuatro pises y dos cacas.
Supongo que me vais a decir lo que yo creo: que es una llamada de atención porque le molesta volver a quedarse solo y encerrado en casa durante esas horas. La cuestión es, ¿qué podemos hacer para evitarlo? La alternativa sería dejarlo fuera, en el jardín, pero da pena porque hace mucho frío. Además, tendría que quedarse él solo, porque Bruna, con sus once años y su leishmania, no está para estar en la calle a esas horas.
Si alguien tiene una idea brillante, se agradecerá en el alma. Si no, seguiré abonada a la fregona
