El viernes 1 de junio le hicieron a Othar un test de Leishmania que dió negativo, el 5 de junio le pusieron la primera dosis de la vacuna y el día 26 la segunda, al ponerle la segunda dosis el perro sufrió, según el veterinario un síncope vasovagal, que fue como una especié de bajón de tensión, un desmayo al fin y al cabo. El vete lo achacó al calor que hacía en el exterior, pero yo me asusté muchísimo y tras consultar con el vete decidí no ponerle la tercera dosis.
Lleva con problemas de piel todo el verano, para no repetirme, pongo aquí el enlace donde está explicado todo
viewtopic.php?f=7&t=44349&start=20 así que fui a otra clínica ya que una de las vetes es dermatóloga. Tras varios tratamientos el viernes decidió sacarle sangre y hacer una prueba de Leishmania ya que, según sus palabras, no se fía de los test rápidos.
Me acaba de llamar por teléfono (pobre, qué horas de estar trabajando) y me dice lo siguiente. El hemograma ha salido perfecto, el perro no presenta anemia peeero el nivel de Leishmania ha salido 1-160 y me explica que eso es justo el límite. 1-140 lo considerarían negativo en leishmania, 1-180 dudoso y a partir de ahí positivo..... La recomendación que le han dado en el laboratorio es hacer un proteinograma, si no sé qué (lo siento ya no me acuerdo que me ha dicho) sale alto, tratar como un positivo y si eso sale bajo, dar un tratamiento básico (ha mencionado una pastilla al día y un jarabe) y volver a repetir las pruebas en tres meses.
¿Qué os parece?? Os juro que yo estoy a punto de que me de un ataque de nervios, no paro de preguntarme cómo es posible, tiene año y medio, vive en casa lleva el Scalibor y las pipetas Advantix y tambien, aunque me han dicho que la vacuna ni influye en los resultados ni es posible que se la haya "contagiado", no soy capaz de no sentirme culpable por habersela puesto, cuando muchísima gente me recomendó que no lo hiciese.......


