Hola,
Espero que alguien me pueda ayudar ya que no sé como solucionar esta situación.
Tengo dos perros machos, un bóxer hace 5 años de unos 9-10 años (no lo sé seguro, lo recogí de la calle porque estaba abandonado) y un doberman de 1 año y medio. Hace una semana adopté a una bóxer de tres años y en principio parecía que la convivencia entre ellos era buena. Pero hace cuatro días la hembra bóxer ataca sin motivo alguno al macho bóxer. Con el doberman no hay problema, enseguida él se ha sometido a ella y son muy buenos amigos. Las peleas entre los bóxers son bastante fuertes, supongo que ambos son muy dominantes y ninguno quiere ceder. Ahora tengo al macho como asustadizo, no se acerca casi a ella y cuando ella se le acerca él se levanta y se va cabizbajo ya que si no ella le ataca. La verdad es que me da mucha pena por mi perro, era muy activo y juguetón (aunque sea muy mayor y esté castrado) y ahora parece un alma solitaria, ni juega con el doberman. Me gustaría que alguien me dijera cuál es la mejor manera de actuar y si creéis que podrá haber una convivencia feliz entre ellos.
Problemas entre nueva perra adpotada y mi perro
Pues es raro raro... si fuese al revés no sería tan raro... pero siendo la hembra la que inicia estos ataques...
Lleva a los dos al veterinario que te los mire 8que no sea nada físico ni del macho (y por esto la hembra lo vea debil) ni de la hembra (que seguro que no lo es, pero para descartar)), y luego yo llamaría a un profesional.
Lleva a los dos al veterinario que te los mire 8que no sea nada físico ni del macho (y por esto la hembra lo vea debil) ni de la hembra (que seguro que no lo es, pero para descartar)), y luego yo llamaría a un profesional.
Hace un mes llevé a los dos, bóxer y doberman, al veterinario y les hice analítica completa, revisión y les puse las vacunas. El diagnóstico del vete fue que estaban hechos unos machotes. La perra, creo recordar, que estaba en su antigua casa con una pastora alemana hiperactiva. Además me parece que estaba atada todo el día porque tiene callos justo en la parte de las caderas donde se apoyan al acostarse. He pensado que quizá esté un poco traumatizada por estas razones, pero entonces no entiendo porque con uno se lleva tan bien y al otro lo odia.
Ayer hice caso de tu consejo y me puse en contacto con un etólogo. Me dijo que posiblemente era por que aún se están adaptando a la nueva situación de convivencia, tanto los que ya estaban en casa como la nueva perrita. Que durante quince días los ignorase, porque era muy probable que fuera yo la que, sin querer, provocaba situaciones estresantes para ellos y por eso esplotaban de esa manera. Si en estos quince días no veo que la cosa mejora, vendrá a casa y analizará la situación en vivo y en directo. Ya os iré contando que tal me va.
Gracias.
Gracias.