Es de un blog muy bueno en 20minutos.
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Rufus es un precioso mestizo, medianito, joven, cruce de pastor alemán.
Un perro que debería estar, como tantos otros, en su hogar, jugando con su familia, aprendiendo nuevas cosas, queriendo y dejándose querer.
Pero Rufus, también como muchos otros, tuvo la mala suerte de caer en manos de un indeseable que lo mantuvo en el jardín de su casa.
Comida escasa, agua y nada más. Ni una caricia, ni un paseo...
Y un día su dueño se fue. Rufus quedó allí abandonado, amparado solo por algunos buenos vecinos que le lanzaban comida y agua por encima de la valla.... cada día más solo, más delgado, más triste, más desconfiado.
Parecía que la denuncia a su dueño tuvo efecto, y un día le vieron salir de la casa, contento al lado de su amo. Quizás pensaba que iba a volver a estar con su familia, que sería mala, pero era la única que conocía.
Y ahora, mirad bien la foto. La tomó el empleado de la perrera cuando fue a recogerlo tres días después, avisado por el maquinista de un tren.
Mirad la cadena ¿Qué tendrá? ¿Unos 30 centímetros?.
Mirad el suelo; es el tipo de piedra que se pone en las vías del ferrocarril. Y el poste, de los que sujetan los cables de la catenaria.
Rufus ha estado 3 días y 2 noches atado en la vía del tren.
No es difícil imaginar a Rufus tirando de la cadena, intentando alejarse de allí cada vez que sintiera temblar la tierra, anunciando la llegada de un nuevo tren.
El terror que tenía que sentir en los minutos interminables que tardase un mercancías en pasar a menos de medio metro de su cuerpo. El pánico al sentir a su lado el paso veloz de un tren de pasajeros.
Rufus ahora está en la perrera. Sin entender nada, aterrorizado, con los nervios destrozados.
No acepta que nadie se acerque a él. Ladra e intenta ahuyentar a los "monstruos humanos" que tanto daño le han hecho..
Así, en la perrera, nadie se va a fijar en él. Su destino, una inyección letal. Triste final para un perro al que nunca dieron una oportunidad.
O quizás podamos dársela ahora...
Si quieres ayudar a Rufus, ofreciéndole un hogar, mucha paciencia y trabajar para que vuelva a recuperar la confianza en los humanos (lo hará, siempre lo hacen), escribe o llama a Victoria villabichos@gmail.com 679433256.

Siempre después de un caso así de duro pienso que quizás sea el último, pero por lo que veo... cada día hay uno más y diferente y más trágico. Qué horror!