Bueno, pues hoy he tenido que atar a Chico durante casi todo el paseo, y al final llevármelo a casa, porque en el campo había una pareja con una bretoncita en celo que correteaba alegremente suelta por ahí. Y yo no tengo nada en contra de que la perra corretee, ¡¡¡pero es que ni siquiera se habían llevado la correa!!!
Total, que yo ataba a Chico y me lo llevaba, y la perrilla se venía corriendo detrás de nosotros a ponerle al pobre Chico el culo en la nariz. Así que, allá que me iba yo, de vuelta con Chico, y la perrilla a remolque, hasta donde estaban los dueños. La dejaba con ellos, me volvía a marchar, y al momento allí tenía otra vez a la tía coqueta pegada a Chico como una lapa. Era como Romeo y Julieta, pero en surrealista

Así que, al final me he tenido que volver a casa, porque los dueños parecían pasar de todo, pero a mí no me apetecía nada tener sobre mi conciencia el nacimiento de una preciosa camada de box-bretones.
