
Me he ido a pasear a Drako con el Boyero de una amiga. Se han metido al agua y luego han echo la croqueta por la tierra todo lo que han querido.
Drako cuando hemos vuelto ya estaba seco. Una cepillada y reluciente.
Al boyero, le hemos tenido que dar un manguerazo, secarlo (para lo que he tenido que usar dos toallas que se podian escurrir) y luego estar una hora dandole con el secador. Y aun asi no ha quedado ni limpio ni seco.

Pues eso, que ole vuestra paciencia. Yo ya se que tipo de perro no voy a tener nunca.
