En mi opinión, acerca del accidente, la que actuó de manera desequilibrada fue la perra. Si el niño hubiese mostrado una actitud nerviosa, excitable, hubiese hecho movimientos bruscos cerca de ella, la hubiese provocado... Sí, puedo entender perfectamente que la perra actuase de esa manera, pero si el niño entró tranquilamente con su patinete, no, no tenía porqué haberle mordido, aunque sólo fuese un ''pellizco'', puesto que el niño se comportó adecuadamente.
Respondiendo a la pregunta.
A mí no me importa que dentro de los parques para perros (o pipicanes), entren o hallan críos, en absoluto, si me apuráis hasta me viene bien. Pero es
imprescindible que los niños sepan comportarse. Nada de griteríos, de jugar como si fuese un parque de niños, de dar por culo, de provocar a los perros, de asustarlos, etc. Y que naturalmente, se tenga siempre presente que los perros corriendo pueden dejarlos caer, y que se puede dar algún accidente sin importancia.
Si los niños no saben comportarse, expulsados. Bien sabe Dios que no tengo ningún problema en decirlo, a mí los niños me encantan, y es increíble cómo captan y entienden las cosas cuando se los explicas ''a su medida'': pues mirad no hagáis eso porque lo ponéis nervioso, si lo provocáis se enfadará y os morderá, etc. Y cuando les explicas qué le sucede al perro, en plan cuento, y cómo pueden ayudarle, lo entienden muy bien, incluso en ocasiones mucho mejor que los adultos. Luego ya, más vale decir que te tienes que marchar y te pires del parque

, porque ya los tienes pegados a ti como velcros, y pasan de ayudar al perro a agobiarlo, al igual que a la dueña, que me ponen la cabeza como un bombo...
Pero cómo no, en esta vida hay niños y niños...

Y los hay que pasan de hacerme caso porque joder al perro mola más

. Ya ahí no tengo ni la más mínima contemplación. En especial con aquellos que vienen a asustarlo, y cuando ven al perro acojonado con el rabo entre las patas (bueno, hasta donde le llegue su mini rabillo), les produce gracia, y lo ven tirando, queriendo correr para huir, y más gracia les hace... Me hierve la sangre, no puedo con eso, así que ante el más mínimo gesto de que quieran divertirse a costa de mi perro, con el tono de mi voz, ya saben con quién no hay que jugársela, y se mantienen quietecitos y apartados. Mi perro es inseguro y miedoso, y lo que yo vaya avanzando con él, por poco que sea, no me lo tiran a la basura una panda de críos aburridos, malcriados y con un kilo de mala leche en las venas porque no me sale del mismísimo moño, ni más ni menos. Eso por ahí, y por otro lado, que no me juego a que el perro muerda a un niño por la irresponsabilidad y la inconsciencia de los padres, que luego el marrón me lo como yo, y no será porque no me falten ganas de que suceda, porque a más de uno no le vendría mal un buen mordisco, ya se vería cómo a la próxima los tratan con más respeto.
Y ya por último, con lo que hay que tener también mucho cuidado con los niños, es que nunca se sabe cómo van a reaccionar. Cuando llevo al mío suelto por los caminos del parque, por ejemplo, y veo a algún crío, lo amarro, yo confío en él, de los que no me fío ni un pelo son de los críos, de que salten en plan avalancha, de que le griten, de lo que asusten, etc. Y sí, quizás no haga absolutamente nada, quizás lloriquee, ladre y se aleje, pero, ¿y si no es así? ¿Y si marca a alguno? Prefiero prevenir que curar. Si todos los niños estuviesen educados de cómo hay que tratar a los animales, no tendría que ir yo con ese temor de si no llegan a respetar a mi perro.