Pues llevo unos días yendo con ella al coche y pasándonos media hora en plan sube, baja, siéntate, patita, sube, te ato, patita, te desato, baja, gira, sube, siéntate, túmbate, baja, sube, siéntate, patita, te ato, enciendo el motor, te desato, baja, sube, patita... muy entretenido todo, o eso debe pensar el vecino que hoy se ha pasado veinte minutos mirándonos con cada de diversión.

En fin, cuando llevábamos media hora digo, pues ya que estamos, la ato y le doy una vueltecita. Se lo ha tomado algo mejor que antes, pero del coche lleno de babas, no me salva nadie...

Hago bajar a la perra y se va como una flecha hacia el prado. La llamo y viene pero como diciéndome de ir hacia el prado... Digo, voy a ver que hay tan interesante...
Y sí, interesante era... llegamos al prado y veo varias manchas negras. Como estoy cegata y no llevaba gafas me quedo flipando... ¿desde cuando hay vacas aquí? Y me acerco un poco más. Y no, no eran vacas. Nos hemos dado de bruces con papá jabalí, mamá jabalí y toda su prole de jabatos. En total eran siete. Les hemos jodido la cena, porque a la que nos han visto han salido corriendo como alma que lleva el diablo. Y aquí es cuando doy gracias al tipo ese que dicen que hay en los cielos por tener una perra tan tonta que hasta obedece, porque ha intentado salir corriendo detrás de ellos pero a la primera llamada ha vuelto a mi lado...

He intentado hacerles una foto, pero con la cámara del movil solo he conseguido que se vean manchas negras...