En fin, la verdad es que yo me encendí un poco y no le falté alrespeto, pero sí que le pedí que llamara a la policía en plan chulesco porque me estaba echando a mí la bronca por lo que ve en el parque todos los días. ¿Y qué coño me quiere usted decir a mí? ¿Le digo yo a usted algo de las colillas y las pipas que hay por el suelo y no son suyas?
Al final me decía que no me enfadara, que a ella le gustaban los animales y no sé qué.
Hoy, mi paciencia ha estado a punto de irse al garete.
Estoy harto de que me nombren a la policía (perdón, amigo Gigi). ¿Le he hecho yo algo a alguien?
Al menos, no ha llegado el calor y sigo yendo en con las mangas largas.
Cuando me he vuelto a regalarle el cartel, no me miraba. Iba con su marido y se han ido disimulando. Mañana se lo doy. Y si no la veo, se la llevo al periódico y le pongo la cara colorada allí.