Hoy han venido a cenar amigos de mis padres a casa. HAbia una niña de tres años, que esta loquita con el perro. "Dako" pa arriba, "dako" pa abajo. Al principio, le he puesto la correa al perro por si le daba por subirsele o algo, en plan juego, para que no le hiciese un placaje a la pobre. Pero al final, he dicho, oye, no hay peligro.
Tendriais que verlos. El perro tubado boca arriba, y la niña arrastrandolo del collar (como podia, porque eran 20 kilos de niñita y 30 de bestiajo) por todo el salon. Que si ahora te meto el dedo en el ojo, que si ahora te quito el juguete, que si ahora te me echo encima.......... Y el otro, como un muñecajo. Como mucho soltaba algun lametazo de vez en cuando. Sabia que se llevaba bien con los niños, pero nunca los habia dejado interactuar tan a fondo, jeje. Y estoy orgullosisima de mi bicho. Eso si, el aguante que ha tenido el colega. Porque yo los primeros cinco minutos de tortura infantil habria mandado a la niña con su tia la del pueblo.

Se acaban de ir. La niña llorando, que se queria quedar. Y este pobre, aqui esta durmiendo agotadito, y mirandome con cara de "gracias por no decirle que hay una cama libre"
